Historia de la Agrupación de Peñas de Sariñena
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Finales de la década de los 70 y principios de los 80 fueron años de cambios, en plena transición, fueron tiempos de la movida madrileña, fluían nuevos aires culturales y de libertad y había muchas ganas de divertirse y pasarlo bien. En aquel contexto nació la “Agrupación de Peñas de Sariñena”, pero en su génesis también influyeron otros factores. Nos sumergimos en los inicios de la Agrupación gracias a sus fundadores, entre otros muchos, José María Pueyo, Jesús Faure y Salvador Ariste.
“Nueve días de fiestas”, para el año 1980 las fiestas de Sariñena se establecieron del 1 al 7 de septiembre, de lunes a domingo, pero se decidió aprovechar el fin de semana anterior. Así que aquel año las fiestas se programaron para nueve días, ¡nueve días de fiesta!: “Los bonos para el baile del Casino se encarecieron y la gente joven no lo encontró asequible. Nos reunimos con el Casino para que rebajaran los precios, nos comprometimos con hacer 300 socios jóvenes”. Pero las negociaciones no fraguaron, incluso hubo a quien le molestaban los jóvenes “Todos con la bebida y no dejáis bailar”.
En aquellos tiempos el baile se hacía en el Casino, en la Asociación Cultural Casino de Sariñena donde se juntaban más de 1.000 personas en el nuevo salón de la Ronda San Francisco. El Casino debía tener sobre los 600 socios y se contrataban las mejores orquestas. No había otra alternativa y todo el mundo iba al baile. “También la gente hacía baile en sus peñas, con el tocadiscos. Aunque no gustaba mucho que la gente se juntase, especialmente chicos y chicas. El local de la peña Barrabás se conservaba todo el año, la Guardia Civil cerró el local en varias ocasiones con el pretexto de que más de tres personas no podían juntarse en un local cerrado”.
Local del Casino de Sariñena
Ante la nueva situación que se planteaba, una tarde-noche, en la terraza del Cazo, José María Pueyo, Cesar Gomez, Jesús Faure y Salvador Ariste vieron la necesidad de juntarse varias peñas y organizar su propio baile “Ya se había hecho algo antes, en la pista de Porra se había hecho un baile paralelo”. Así que las peñas de la Juventud, la Escoba, Barrabás, el Cachondeo, la Trinca, BO2, Enano Follón y Mariano El Sobrio se unieron para formar la “Agrupación de Peñas de Sariñena”. Otro actor clave del comienzo fue Pepe Brenes.
Hicieron el papeleo para constituirse, utilizaron una asociación ya existente, reformaron los estatutos y comenzaron la aventura. Se hicieron los primeros socios, Isidro “El Chupón” los iba apuntando: “De primeras se hicieron 300 socios, fue cuando se fue a negociar con el Casino y no se llegó a acuerdo”. De alguna manera les retaron, no les veían capaces de organizarse y llevar a buen puerto el baile y no hay algo más aragonés que ser tozudo y empeñarse con algo.
Al final, aquel primer año de 1980 fueron 400 socios. La sede se estableció en la peña Barrabás, en la calle Mercado, en de la carnicería de Portera. Con 18 años tenían que firmar contratos de arrendamiento del local, contratar las orquestas del baile “¡Para nueve días!”, comprar la bebida, dar de alta la luz… Se dio algún que otro problema con el arrendamiento del local y con el alta de la luz. Para alquilarlo tuvieron que ir a Zaragoza para hablar con Jesús García Pelegrín y se juntaron en la cafetería Italia. “Hubo presiones para que no se arrendase y que no se pusiera la luz. La luz se consiguió gracias al concejal José Antonio Martínez, que fue a Huesca para que le firmasen un boletín”.
El local estaba en el parquin detrás del edificio “Sariñena” de la avenida Fraga y allí estuvieron cuatro años. Las orquestas las contrataron a Nestor “Desde un principio apoyó y puso todas las facilidades, con los tres primeros días se ganó lo suficiente para pagar todo. Luego, a las demás orquestas se les daba algo extra para que estuviesen más rato tocando”.
Cada día llevaba la barra una peña y hacían de camareros. Todo lo cogían de distribuidores de Sariñena y los licores a Ferraz quien siempre decía “Vosotros pagad primero todo lo que tengáis que pagar y luego ya me pagaréis”. Sólo se hacían bailes, había socios y el resto pagaba entrada. Al acabar el baile salían por las calles, a altas horas de la madrugada, con la charanga de Cortes de Navarra, igual iban unas 500 personas y pasaban por las puertas del casino donde ya no quedaba casi nadie.
Como escenario colocaron varios remolques en el local hasta que compraron un remolque preparado como escenario a Mariano Yzuel, que también guardaba el hielo en el Hotel. El mítico remolque rojo lo había adquirido Mariano en una subasta del ayuntamiento de Huesca. Al remolque se le soldó un suplemento para que tuviese mucho más espacio. Los arreglos y faenas se hacían a vecinal, entre todos y todas se preparaba todo, se arreglaba, se colocaban banderetas y así se hacían las fiestas. La pista se desgastaba y tenían que echar cemento, se encargaban José Salinas y el Carrizo, también levantaron con bloques la barra. En el cine la barra era de madera y la hizo Antonio el Francés quien, junto con Marisa Llamas, cubrían todas las necesidades de carpintería de la Agrupación. También se llegaron a celebrar algunas nocheviejas en el local, sería por los años 81 y 82.
En Sariñena se hacía vino de autoridades, el mismo ayuntamiento celebraba un vermut para las personalidades de la villa. La Agrupación decidió hacer un vermut popular, así que sirvieron vino, cacahuetes y avellanas en una mesa que pusieron al lado de la casa del relojero, casi enfrente del ayuntamiento. Aquel vermut popular lo sirvió por primera vez la peña Enano Follón, una peña mítica sariñenense que este año 2019 cumplen 40 años. A los pocos años se comenzó con el tradicional melocotón con vino que se hacía en unas portaderas, unas barricas, que llevo José María; eran unos toneles cortados por la mitad con asideras.
La Agrupación de Peñas de Sariñena nació con un espíritu joven y renovador, algo rebelde, pero comprometida con el pueblo, unida, con trabajo y empeño para conseguir las cosas. No fue fácil, hubo problemas, discrepancias, hubo quien no vio bien que se creara la Agrupación. En las comisiones de fiestas había muchas batallas y discusiones, unos querían vaquillas y otros no, unos p´arriba y los otros p´abajo. En 1981 hubo discrepancias en la liga de futbito de verano que se celebró en el campo de las piscinas. A todos los jugadores se les obligó a sacarse el bono de la piscina aunque sólo fuesen a jugar.
Aquello molestó muchísimo a la Agrupación desembocando, aunque fue la suma de varios desencuentros, en la negativa a participar en la cabalgata de las fiestas. Aquel año, los peñistas se concentraron en el parque de las monjas con un tonel de vino, debajo de la torre y aunque vieron pasar el pasacalles no se sumaron.
En las cabalgatas cada peña llevaba su pancarta, había mucha participación y animación. También un jurado, de unas veinte personas, hacía una ronda de peñas y luego daba diferentes premios. La Agrupación introdujo la pañoleta y el fajín azul, el escudo lo hizo José Hernández, del bar La Granja: “Con su color azul, en el centro aparecen dos peñistas bailando jota tras una gaita de boto aragonesa. De forma circular, aparece el nombre de la “Agrupación Peñas Sariñena” y encima el escudo de Sariñena”. En 1990 se comenzaron a realizar la tradicional camiseta de fiestas, con un dibujo y un lema. Aquel año se utilizó el dibujo de una pegatina de un pastelito, una tortuga en monopatín con el lema “¡Mucha marcha!”.
Se hacía baile de tarde y baile de noche. “La discoteca se vio muy afectada, así que un año no cobró entrada y a las peñas no fue casi nadie”. A los cuatro años se cambió de local y la Agrupación se trasladó al antiguo cine Victoria, en pleno centro de Sariñena. Fue a partir de ese momento cuando se dejó de cobrar entrada al baile y se instauró el libre acceso para socios y no socios “Allí tocó echar algunas orquestas muy malas”. Después de las orquestas se hacía disco móvil “Fue una gran novedad”. También se comenzaron a realizar actividades nocturnas como la calzonzillada y la huevofritada.
No sólo Fiestas
José María Pueyo fue el primer presidente, contaba con 22 años y era de los más mayores. La Agrupación ha significado mucho para Sariñena, dinamizando la vida festiva, cultural y deportiva de la localidad. En el cine Victoria se hacía cine club, se proyectaban ciclos de Woody Allen, John Ford y Akira Kurosawa. Durante varias ediciones la organizó Nati Sanagustín.
Se realizaban semanas culturales con exposiciones y charlas, se hacían todos los años. Hubo club de atletismo, baloncesto y balonmano, hubo un equipo femenino de balonmano. También se hizo una liga de futbol sala, de verano y de invierno y torneos, eran competiciones de “alto nivel” tanto por número de participantes (todas las peñas tenían equipo) como por su nivel (participaban muchos exjugadores del CD Sariñena). En febrero se hacían juegos tradicionales aragoneses y el padre de Ayora preparaba unas migas.
También se formó el grupo de montaña “La Clamor”, cuyo precursor fue José Mari Albás “el montañés”, que hacían excursiones a la Sierra de Guara y Pirineo y sobretodo en semana Santa, cuatro días de rutas seguidas.
Distintas sedes
Las juntas generales se celebraban en el ayuntamiento. La sede estuvo primero en la peña Barrabás, después en el local del Americano, en la calle del Molino y luego en el local de Simone, en la calle Santamaría. Algunos años estuvo en la parte de arriba del ayuntamiento y al final en el nuevo local en la calle del Carmen. El nuevo local llegó tras su ubicación por algunos años en la avenida Fraga, cerca del cruce, después del local del antiguo cine Victoria y del primer local, ¡Todo un hito en la historia de Sariñena!.
La Agrupación de Peñas de Sariñena tiene un gran pasado pero sobretodo tiene mucho futuro, un gran legado que construyeron para continuar, un gran ejemplo que seguir. Gracias al empeño, trabajo y esfuerzo, muchas personas hoy la podemos disfrutar, un símbolo y orgullo de Sariñena .